Es necesario un anteproyecto para poder definir la posibilidad de concretarse, en este se definen entre otras variables, el destino de uso y la cantidad de metros cuadrados que se pueden construir en determinado lote o terreno. En el caso de obras de emprendimientos inmobiliarios, la etapa de anteproyecto se combina con la de pre-factibilidad.   

El aportante de lote o terreno posee la ventaja de participar del esquema de negocio con mayor retorno, ya que al intercambiar por metros cuadrados al inicio, obtiene el valor de cambio más bajo del emprendimiento y la posibilidad de elección de unidades funcionales.

Es un contrato celebrado por escritura pública que permite que un grupo de inversores (fiduciantes) se constituyan con el fin de delegar la administración de los bienes a la desarrollista (fiduciaria), obligándola a ejercer en beneficio de quien se designe (beneficiarios).

Un fideicomiso crea mayores garantías a los inversores ya que crea un patrimonio separado del de los aportantes, teniendo la seguridad de que el dinero del fideicomiso sólo se utilizará para lo establecido en el contrato.

Las tasas de retorno para proyectos de alto grado de diferenciación se estiman en aprox. 30-35% más incrementos que puedan surgir a partir de la apreciación por crecimiento demográfico, ubicación, etc.